sábado, 4 de julio de 2009

Mempo Giardinelli: "El que no lee está perdido"


“La cuestión de la calidad educativa es vista, por la mayoría de los argentinos, como un problema de otros”, sostiene el escritor y periodista Mempo Giardinelli. Batallador incansable por la promoción de la lectura, remarca que pese al consenso existente sobre la importancia de que los chicos se acerquen a los libros, muchos de los que sostienen esto no leen.


Seguir Leyendo...

Sin vueltas y agudo con sus respuestas, y con un fuerte compromiso social, no duda en explicar que si demandas como la inseguridad o la encabezada por las patronales del campo movilizan más que las ligadas a la educación, se entiende por la ligereza con la que algunas capas sociales “compran reclamos que no son de ellos o se alarman por lo que les dicen los medios, que en este país no son inocentes”. “Es típico de las clases medias creerle a la tele y a las revistas tontas”, dispara el escritor, y remata parafraseando al padre de la escuela pública argentina: “Ya lo decía Sarmiento: el que cree, no piensa. Y yo agrego que el que no lee está perdido”.

Pero en esta discusión marca que el centro del problema está en los adultos, porque si los chicos “ven que padres y maestros se pasan cinco horas por día haciendo zapping frente a la tele como idiotas, pues desdichadamente ellos van a hacer lo mismo”.

Giardinellí nació y reside en el Chaco, y estuvo exiliado en México en tiempos de la dictadura. El autor de “Santo oficio de la memoria” estará el lunes en Rosario para brindar la conferencia “Lectura, literatura, ciudadanía y educación en la Argentina del siglo XXI”. La cita es organizada por el Suplemento Educación de La Capital y será a las 18.45 en el teatro El Círculo, Laprida y Mendoza.

—¿Qué lugar ocupaba en su hogar la lectura cuando era chico?

—Siempre digo que si soy escritor es porque de chico fui lector. En mi casa, aunque era un hogar bastante humilde, se leía mucho: mi papá el diario, mi mamá y mi hermana libros y revistas. Y como los niños hacen lo que hacen sus padres, y yo veía que ellos leían, con naturalidad, en sus ratos libres, pues me hice lector yo también. Y como además me permitían jugar con sus libros, los libros fueron parte de mi infancia. Entre ellos, Monteiro Lobato, Verne, Stevenson, Salgari. Tan sencillo como eso.

—¿Recuerda alguna maestra que le haya ayudado o incentivado a leer?

—Sí, claro, a los chicos de mi generación nos hacían pasar el frente a leer, y teníamos libros de lecturas. La lectura era importante como vía de conocimiento y se la consideraba un pilar fundamental de la educación, que es lo que en realidad es. Tengo un recuerdo muy hermoso de mis maestras y de algunos compañeros que leían muy bien.

—Con respecto al tema de su charla en Rosario: ¿Hay alguna lectura que ayude más que otra en la construcción de ciudadanía?

—Claro que las hay, pero yo siempre evito hacer listados. No creo en las fórmulas de lectura, ni en las recetas. Para construir ciudadanos lo que necesitamos son personas que tengan desarrollada su capacidad de pensar, y para ese desarrollo no hay nada mejor que las buenas lecturas.

—Se suele hablar de la pérdida en las últimas décadas de la cultura del trabajo. ¿Se perdió también una cultura lectora?

—Si con la expresión “últimas décadas” nos referimos a la Dictadura y al menemismo, es obvio que hemos perdido todo eso y mucho más. Pero la expresión “cultura del trabajo”, en mi opinión, no es más que una frase que se puso de moda. Lo que importa es que nos recuperemos como una sociedad con valores, principios, fundamentos éticos y estéticos, y a todo eso llega solamente una sociedad que es lectora. Inversamente, una sociedad que no lee está condenada a la ignorancia.

—El de la calidad educativa es tomado como un tema de fondo de gran preocupación. Sin embargo, pareciera que no moviliza y no “vende” tanto como los reclamos por el campo o la inseguridad. ¿Cuál es su visión al respecto?

—A mí me parece que la cuestión de la calidad educativa es vista, por la mayoría de los argentinos, como un problema de otros: de los maestros, de los niños, de los gobernantes... Mucha gente dice estar de acuerdo en que la lectura es importantísima y que los chicos deben ser lectores, pero ellos, los que dicen eso, no leen... Y con la misma ligereza “compran” reclamos que no son de ellos o se alarman por lo que les dicen los medios, que en este país no son inocentes. Por eso es típico de las clases medias creerle a la tele y a las revistas tontas, como se cree en los horóscopos. Pero ya lo decía Sarmiento: el que cree, no piensa. Y yo agrego que el que no lee está perdido. Literalmente, perdido. Crea en lo que crea.

No hay comentarios: