sábado, 4 de julio de 2009

En el Día Mundial del Libro: la importancia de la lectura

Escribe: Boris Espezúa Salmón | Cultural - 26 abr 2009


Además de conmemorarse cada 23 de abril “El Día Mundial del Libro”, conjuntamente se recuerda el “El Día del Idioma” y “Los Derechos de Autor”. Es necesario reflexionar sobre el libro como la fuente de saber, como la referencia básica para complementarnos en el enfoque de realizarnos como Homo Sapiens que somos los humanos, en circunstancias en que se lee menos, se publica libros cada vez para lectores reducidos, y donde el libro está más alejado de grandes sectores de la población.

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La lectura es un medio para tener acceso al saber, y en esa línea puede modificar nuestro destino escolar, profesional y social, en ese sentido tomar conciencia de que los libros son el saber, de que el saber equivale a la libertad y a la adquisición del poder es importante porque difícilmente puede uno que sabe dejarse engañar. Leer para tener acceso al saber, en cualquier edad, es algo que puede ayudar a no caer en la marginación, a conservar un poco los vínculos sociales, a mantener el dominio sobre un mundo tan cambiante. Ya lo expresaba así Michele Petit, en una obra que publicó en el 2000: “Nuevos acercamientos a los jóvenes a la lectura” que: “La vida del ser humano es en gran medida el peso de las palabras o el peso de su ausencia. Cuanto más capaz es uno de nombrar lo que vive, más apto estará para vivirlo, y para transformarlo. Cuando carece uno de palabras tiene dificultades para comprenderse a sí mismo, para expresar su angustia, su coraje, y no le queda más que el cuerpo para hablar. Por lo que la lectura nos ayuda a construirnos a nosotros mismos, y a construir la sociedad”.

Lo primero que debemos hacer para cambiar esta situación es vencer el miedo al libro, para ello es necesario que las familias puedan crear las condiciones de un ambiente propicio para leer, y hagan algo asequible, familiar los textos en su hogar, con lecturas básicas, sencillas que encierren mensajes constructivos, se debe además fomentar desde la familia el hecho que los hijos, como los padres en forma compartida tengan horas de lectura a fin de inculcarles el hábito de leer, por lo que implicará organizarse en el tiempo, y lo óptimo es hacerlo por lo menos una media hora diaria, y seguir aumentando paulatinamente a más tiempo, hábito que no debe abandonarse en toda nuestra vida, por lo que se debe tener constancia, mejor aún si es que los padres pueden conversar o debatir los contenidos de lo que se ha leído, ello resultará gratificante, a fin de reforzar dichos contenidos y de tener doble asimilación en el aprendizaje.

Por cierto también tiene su parte el Estado en el rol promotor de la lectura, que debe hacerlo en todos los niveles educacionales. El año pasado debió de haberse consolidado el plan lector en todos las instituciones educativas sin embargo una mayoría de colegios simplemente no hizo caso, no promovió en sus estudiantes dicho Plan Lector, con lo que se quedó solamente en buenas intenciones el promover la lectura de parte de un Estado que al parecer no toma en serio sus propias iniciativas, la Dirección Regional de Educación no ha realizado un monitoreo al respecto, ya que verificar el hecho de que si se cumple o no con dicho plan interesa nada a los funcionarios de educación, por más que esté respaldado por una Ley, las razones de algunos centros educativos es que no ven importante promover dicho Plan Lector, porque consideran mejor promover las matemáticas o otras ciencias puras, o por prurito de comercializar con la educación y no complicarse con este tipo de programas, inclusive desacatando de manera unilateral y arbitraria el cambio de muchas asignaturas por otras, lo que tampoco es de interés de la DREP controlar e intervenir. Con un escenario así poco o nada es posible esperar que desde el Estado sea posible promover en serio un plan lector, que tiene como objetivo habituar en el estudiante su acercamiento a la lectura.

Lo segundo que podemos impulsar es que una vez creado el hábito por leer, es que se mantenga dicho hábito, es decir el interés por la lectura, en esa medida se debe crear conciencia en la importancia del leer, que nos abre hacia muchos lugares, sentirnos menos solos, encontrar respuestas a las preguntas que inquietan a los jóvenes por ejemplo. La lectura nos construye, cuanto más capaces somos de darle nombre a lo que vivimos, más aptos somos para vivir, y ser dueños de nuestro destino. Una biblioteca, un libro, es algo que se ofrece, una hospitalidad que se da. La lectura es una experiencia irremplazable, donde lo íntimo y lo compartido están ligados de modo indisoluble, la lectura siempre produce sentido. Sin embargo en nuestra región también el avance de lectores tiene que ver con los formas de acceso a los libros, y si bien es cierto que en la actualidad la única forma de tener acceso a un libro es a través de los llamados “libros pirata” que se venden a precios módicos (de dos a cinco soles), constituye un problema que directamente tiene que ver con la situación socio económica de los estudiantes, y de los que no pueden acceder a libros, porque en el terreno de las priorizaciones, sin llenar el estómago no podemos pensar en leer un libro.

En consecuencia también se trata de ver que el problema del libro en nuestro país pasa por que el Estado no brinda facilidades para exonerar de impuestos a quienes pueden publicar libros, que es toda una odisea, no sólo en la parte económica, sino en lo que las editoriales tienen que pagar en los insumos que encarecen las ediciones. Si a ello agregamos la indiferencia que se tiene de parte del Estado respecto a la cultura en general, es muy difícil que se pueda cambiar las cosas para tener como en Colombia por ejemplo facilidades para editar un libro, y que editoriales importantes puedan promover la promoción de escritores a nivel nacional e internacional, instituciones como las universidades, los colegios profesionales, municipalidades están llamadas a promover la cultura, la investigación, sin embargo vemos que casi no promueven la edición de textos, los espacios de investigadores, el aporte de creadores e intelectuales, con lo que se agrava la situación.

Por lo que en ese sentido tenemos libros caros, tenemos poca promoción de publicaciones de textos, la investigación es escasa, y el quehacer en la cultura genera prejuicios, como que: “la lectura es pérdida de tiempo” o “tiempo desperdiciado”. Sin embargo, el leer nos permite hasta desarrollar nuestra subjetividad y contribuir a reproducir un orden social determinado. Para transmitir cariño por la lectura es necesario que uno lo haya experimentado. La lectura es reparadora en la medida que nos complementa nos permite liberarnos de ciertas perturbaciones, hacernos mantener en nuestra dignidad. El libro nos permite recuperar el sentimiento de la propia continuidad y la capacidad de establecer lazos con el mundo.

Finalmente, en el día mundial del libro, se debe impetrar a que nuestras instituciones del Estado, las instituciones privadas, las familias en general, y los centros educativos de todos los niveles, puedan contribuir de alguna forma a fomentar la lectura, a inquietarse en el ámbito cultural, mediante ediciones de libros, para lo cual está justificado apoyar la cultura. No hacerlo implica contribuir al atraso, al estancamiento de nuestra colectividad que necesita sacudirse de los estancos, de los meandros, para que las nuevas generaciones tengan una esperanza de vida de mayor calidad, evidentemente muy superior al de nosotros.
http://www.losandes.com.pe/Cultural/20090426/21366.html

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